El águila real (Aquila chrysaetos) y el águila imperial ibérica (Aquila adalberti) son las águilas más grandes y emblemáticas que podemos encontrar en España. Ambas tienen una gran fama entre los aficionados a la ornitología y también son protagonistas de innumerables confusiones debido a sus similitudes físicas. Estas confusiones son muy comunes ya que la mayoría de las observaciones se producen a gran distancia y/o en vuelo.
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Conoce al águila imperial ibérica
El águila imperial ibérica tiene una longitud de unos 70 – 80 cm y una envergadura que puede llegar a los dos metros. De estas medidas se desprende su gran tamaño.
En cuanto al color del plumaje, los adultos se caracterizan por una coloración general marrón oscuro, excepto algunas partes como la nuca, que presenta una coloración ocre amarillenta, y las plumas de los «hombros», que son blancas (coberteras y parte de las escapulares)
Otra cuestión es el plumaje de los individuos inmaduros, que da para escribir un libro aparte. El primer plumaje de un águila imperial juvenil se caracteriza por un color pardo anaranjado o amarillento. A los individuos que se encuentran en este estadio se les denomina pajizo.
Entre el primer plumaje y los dos años de edad este torna de un pardo anaranjado a un pardo rojizo, y una vez alcanzados los tres años edad el plumaje pardo anaranjado o rojizo empieza a presentar un moteado a modo de plumas negras, dando lugar a un damero de águila imperial.
Esas zonas negras en el plumaje empiezan a ganarle terreno a las zonas pardas hasta alcanzar el plumaje de subadulto y más tarde adulto. El cuál se caracteriza por un plumaje marrón oscuro y las características plumas coberteras y escapulares blancas.
Se considera adulto cuando un ejemplar de águila imperial ibérica alcanza los 6 años de edad. Las hembras (3,5 – 4 kg) son algo mayores que los machos (3 – 3,5 kg).
El águila imperial ibérica nidifica en áreas continentales de la península, zonas de monte mediterráneo con zonas arboladas desarrolladas donde establece sus nidos. Los nidos suelen situarse en zonas de difícil acceso y alejadas de infraestructuras antrópicas.
El águila imperial ibérica se encuentra en la categoría de En peligro de extinción del Catálogo Español de Especies Amenazadas
Amenazas a las que se enfrenta el águila imperial ibérica
- Destrucción del hábitat: El águila imperial ibérica necesita de áreas con una importante cobertura arbórea para establecer sus nidos, la transformación y fragmentación de estas áreas supone un gran perjuicio.
- Escasez de conejos: las enfermedades como la mixomatosis han hecho que las poblaciones de conejo se reduzcan drásticamente en algunas zonas. Se trata de la principal presa del águila imperial.
- Mortalidad por disparo, veneno o electrocución: estas causas de mortandad son las que más han contribuido a la casi desaparición de la especie.
- Otras como la contaminación por metales pesados y organoclorados, y las molestias humanas.
Conoce al águila real
El águila real (Aquila chrysaetos) con un peso medio de 4,5 kg y una envergadura que puede superar los dos metros es el águila de mayor tamaño que podemos encontrar en la península ibérica. Los individuos adultos se caracterizan por un plumaje marrón generalizado que puede variar de tonos más oscuros a más claros dependiendo del ejemplar. Las plumas de la nuca se caracterizan por ser puntiagudas y de tonos más claros.
El plumaje de adulto se alcanza a los 6 años, los ejemplares jóvenes parten de un plumaje más oscuro, el cual se va aclarando conforme alcanza el estado adulto.
Los individuos juveniles presentan un plumaje oscuro, excepto las plumas de la nuca (tonos pardos rojizos) y las plumas de la cola y las rémiges (blancas). A partir de los cinco o seis años las águilas reales han perdido las áreas blancas en cola y plumas rémiges.
Al igual que sucede con el águila imperial ibérica, las hembras de real son más grandes que los machos.
En cuanto al hábitat, el águila real es mucho más generalista, aunque siempre prefiere áreas abiertas con alta densidad de presas (conejos, perdices, …) y ambientes rupícolas donde establece sus nidos. Evita masas forestales muy densas y áreas agrícolas o excesivamente humanizadas.
El águila real goza de buena salud y no se encuentra amenazada en España. Las amenazas a las que se enfrenta son prácticamente las mismas a las que sufre el águila imperial ibérica.
Diferencias entre águila real y águila imperial
Las principal diferencia que encontramos entre águila real y águila imperial es el plumaje, también podemos distinguirlas por otros aspectos como el tamaño, su morfología en vuelo y su hábitat de nidificación.
En ejemplares jóvenes, las diferencias en el plumaje se acentúan. Los pajizos y dameros de águila imperial presentan tonalidades pardas claras (anaranjadas o amarillentas), por otro lado, el águila real presenta una coloración marrón oscura con áreas blancas en las alas (rémiges) y la cola.
Los individuos adultos son más parecidos, sin embargo el águila imperial tiene las plumas de los «hombros» blancas (coberteras y parte de las escapulares), aspecto muy característico de la especie. Además de una coloración en la nuca dorada que destaca del resto del cuerpo. El águila real adulta presenta un plumaje marrón más homogéneo.
El águila real presenta una silueta en vuelo alargada tanto en las alas como en la cola, siendo de mayor tamaño que el águila imperial ibérica, la cual presenta una silueta más compacta.
En cuanto al hábitat, como ya hemos visto anteriormente el águila real es mucho más generalista que el águila imperial. También encontramos una gran diferencia a la hora de establecer sus nidos. El águila imperial establece sus nidos en árboles, mientras que el águila real lo hace generalmente en formaciones rocosas.
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